Es importante conocer este protocolo ya que aún los que trabajamos o convivimos con personas con discapacidad a veces la regamos...imagínense los que no!!
Las personas con discapacidad siempre buscarán ser lo más independientes posible dentro de un
entorno accesible. Como cualquier otra persona, tienen el derecho de ser tratados con respeto e
igualdad; un error constante en la sociedad es asociar la discapacidad con la dependencia o
necesidad de los otros, por lo que a continuación se presentan una serie de reglas o consejos para
saber cómo actuar ante personas con discapacidad.
1. La persona es primero
2. Actuar con naturalidad
3. Preguntar siempre antes de actuar
4. Respetar el espacio de las personas con discapacidad
5. Ser incluyente. Sea cual sea el aspecto de las personas, acéptelas e intégrelas
6. Responder con amabilidad y una sonrisa las peticiones de las personas con discapacidad
7. Evitar términos degradantes, negativos o diminutivos
8. Respetar el mobiliario y equipo especial
9. Mantener la confidencialidad
10. Ser paciente
1. La persona es primero
La persona con discapacidad antes que cualquier otra cosa es un ser humano, por lo que tiene los
mismos derechos y obligaciones que los demás, puede tomar decisiones y asumir consecuencias;
la discapacidad es una condición de vida, no una enfermedad, por lo cual lo debe tratar siempre
como persona y nunca como enfermo; además, es importante hablarle de acuerdo a su edad.
2. Actuar con naturalidad
Al momento de relacionarse con una persona con discapacidad debe de actuar como cuando trata
con cualquier otra persona, esto no significa olvidar o ignorar su discapacidad, pues estaría
excluyendo una parte esencial en su vida.
Tratarlo con naturalidad quiere decir evitar la sobreprotección, mirarlos con miedo, desprecio,
curiosidad y/o lástima; en lugar de eso hay que mirarlos de frente y a los ojos.
3. Preguntar siempre antes de actuar
Si detecta que la persona con discapacidad necesita ayuda para ejecutar alguna acción, ofrézcale
apoyo antes de realizarlo, si es aceptado pregunte cómo puede ayudar. Siempre diríjase a la
persona con discapacidad, no a su acompañante, ayudante o intérprete de lenguaje de señas. Si la
ayuda es rechazada, no lo debe tomar como una ofensa.
4. Respetar el espacio de las personas con discapacidad
Todo individuo requiere de un espacio vital para sentirse seguro y cómodo, algunas veces
acciones como tomar del brazo a una persona con discapacidad, darle palmadas en la espalda o
cabeza, pueden tomarse como una intromisión, lo que provocará inseguridad y posible pérdida del
equilibrio. Antes de entablar contacto físico con una persona ciega o débil visual, es importante decir su
nombre y presentar a las personas que se encuentren cerca, así como ofrecer un recorrido por el
lugar para que la persona se ubique en el espacio, además de advertir de posibles obstáculos que
imposibiliten el acceso o traslado.
5. Ser incluyente
Las personas con discapacidad conocen cuáles son sus habilidades y sus limitaciones, por lo tanto
son capaces de decidir en cuáles actividades desean participar, no se les debe excluir sólo por
pensar que no podrán realizarlas. Nunca hay que subestimar sus posibilidades, ni sobreestimar las
dificultades.
Hay que procurar colocar a la altura respectiva los elementos a ocupar, éstos deben de estar al
alcance de la mano de la persona en la medida de lo posible. Para lograr una mayor integración y
una comunicación más directa, debe ubicarse al mismo nivel de la persona con discapacidad (si es
de baja estatura o usa silla de ruedas hay que arrodillarse, sentarse en una silla o alejarse un
poco), esto para poder mantener contacto visual sin que la persona force el cuello.
Todos necesitamos sentirnos aceptados y tener una imagen positiva de nosotros mismos para
integrarnos plenamente a la sociedad como miembros activos.
6. Responder con amabilidad y una sonrisa las peticiones de las personas con discapacidad
Al tener una solicitud para adaptar un espacio ya sea de manera temporal o definitiva, considérelo
para hacer la estancia de la persona más placentera y accesible. Al igual que al recibir alguna
petición de ayuda, siempre sonría y responda con amabilidad; todos somos diferentes y por ende
todos necesitamos de todos.
Evite las burlas y la lástima, eso puede dañar la autoestima de la persona. Sin importar la cuestión
a tratar, debe manejarse un trato cordial pues hay que recordar que en la manera de pedir está el
dar.
7. Evitar términos degradantes, negativos o diminutivos
Se debe evitar el uso de palabras que puedan hacer menos a la persona como: está condenado o
confinado a una silla de ruedas, lisiado, enfermo, etc. Lo correcto es llamarlo por su nombre,
aunque si se busca un término adecuado, éste sería “persona con discapacidad”, pero tampoco se
debe de utilizar para ofender, recuerde que ante todo es una persona.
La discapacidad no es contagiosa, la discriminación sí.
8. Respetar el mobiliario y equipo que es especial
Respete los lugares de estacionamientos señalados, mobiliario y equipo que es especial para
personas con alguna discapacidad. Si hay teléfonos, mostradores, rampas o sanitarios adecuados
para ellos evite utilizarlos, existen por algo y para un fin en específico, por lo que obstruirlos o
usarlos inadecuadamente pueden dañarlos.
Las sillas de ruedas, bastones, andaderas, scooters y muletas son elementos de movilidad de una
persona, evite tocarlos o utilizarlos para fines distintos a los que están destinados, no coloque
bolsas o algún otro artículo sobre ellos.
Si la persona está acompañada por un perro guía, camine del lado opuesto al can y evite
acariciarlo o alimentarlo, pues esto puede desconcentrarlo o hacerle creer que sus actividades
laborales han terminado.
9. Mantener la confidencialidad
Es normal sentir curiosidad o verdadero interés por conocer más a fondo la vida de una persona
con discapacidad, pero a pesar de esto se debe respetar la privacidad de esa persona y esperar
que él o ella hable de la situación cuando así lo desee.
10. Ser paciente
No se desespere si las acciones o el lenguaje de una persona son lentos, no la interrumpa, ni se
adelante a lo que él le quiera decir, deje que termine y si algo no quedó claro no se avergüence de
preguntar. Es mejor tener una conversación corta pero concisa a larga y confusa.
Si cuando hablamos o damos una instrucción se nos pide repetir nuevamente hágalo de forma
cordial y de frente a la persona que lo solicita; si la comunicación aún no es clara, escríbaselo o
encuentre otra forma de explicarle la situación.
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