Para bien o para mal, desde chiquita vamos creciendo con diversas historias...Una de ellas es la historia de que como mujeres debemos ver el día de nuestra boda como el mejor de todos. Casarse muchas veces representa alcanzar un máximo, llegar a la cima.
Tenemos una idea de cómo queremos que sea nuestra boda, del tipo de vestido de usaremos...tenemos una idea de lo que nos gustaría.
Y todo comienza con el momento en que nos comprometemos.
La verdad con tantos altibajos, había descartado siquiera la idea de casarme...¿Para qué? Pero conocí a esta persona que me puso a soñar nuevamente. Pero bien dicen que en algún momento tenemos que despertar.
Una se pone a fantasear pensando cómo nos pedirán en matrimonio, qué te dirán, qué te regalarán, qué vas a decir...
No quiero entrar en mayor detalle, sólo quiero advertirle a chavos y chavas que no siempre sucede lo que uno espera.
Te das cuenta que todos somos realmente diferentes, que queremos distintas cosas...que los sueños no siempre se cumplen de la manera en que uno quisiera.
En estos momentos me encuentro total y completamente perdida, sin saber ni qué esperar...Sé lo que quiero, eso no cambia, pero no sé si voy a poder vivir este sueño que me había construido.
En estos momentos me siento menos que otras personas...vuelvo a sentir que soy simplemente un plan B y siento que conmigo sólo se conformaron....Y no quiero sentirme así...
No sé cuánto tiempo pueda seguir sintiéndome así...
Se supone que esta época sería una de las mejores de mi vida...y no es así.
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