Reconocer a la mujer es algo más que una fecha en el calendario.
Es algo más que exigir la equidad y justicia que, por derecho propio, se han ganado…
Es, por antonomasia, la certeza de que aquí y ahora, por siempre y mientras el mundo gire, la belleza más grande que se ha posado sobre la faz de la Tierra.
Es el cariño, la palabra, la educación, la ternura hecha sonrisa y la fiereza para defender a los suyos.
Es la fortaleza y la convicción; la alegría y el aliento; es por quien se da, puede dar todo y a la vez, resultar insuficiente.
Es la caricia y el camino. Es un mundo a través de su mirada y el cielo con una voz que derrocha amor sin medida…
Hoy, 8 de marzo, no es un día como cualquier otro; tampoco resulta especial porque algunos creyeron que un día bastaba para recordarlas.
Es especial porque tú estás aquí brindando lo mejor de ti y, afuera, tienes una carga aún más pesada.
Eres líder y eres guía. Eres madre y, por qué no, padre.
Eres el principio de lo que tus hijos seguirán y perpetuarán.
Eres inspiración y, por entre todas las cosas, la única creación sobre la faz de la Tierra que sabe que un día resulta insuficiente, porque el homenaje ella misma lo hace a diario, con cada paso, con cada abrazo y cada sonrisa que ilumina nuestra vida.
HOY Y SIEMPRE, ¡¡¡FELICIDADES!!!
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